Aprendí a odiarlo con el tiempo y me sentí mucho mejor. Sin embargo uno siempre añora a el que le rompe el corazón. Ahora vuelve a seducirme cuando no lo espero. Falsas promesas me ha vendido, una vez más. Yo solo sé que todo puede terminar de una manera, en un rincón hecho pedazos mi amargo final.
lunes, 2 de febrero de 2009
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